
El uso de smartwatches inteligentes es cada vez más común en la sociedad actual. Estos dispositivos, como el conocido Fitbit, están diseñados para mantener a sus usuarios activos durante al menos nueve horas al día, promoviendo un objetivo de 250 pasos por cada hora. Su principal función es incitar al usuario a levantarse y moverse, vibrando y señalando la necesidad de actividad física, con el objetivo final de alcanzar los 10.000 pasos al día recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como mínimo movimiento diario.
No obstante, la realidad es que no todos los individuos tienen la capacidad, el deseo o la prioridad de dedicar una hora al día al ejercicio físico. Esto se agrava cuando se consideran los tiempos de desplazamiento al centro deportivo, que no siempre se encuentra en un itinerario conveniente.
Además, quienes logran entrenar un promedio de tres veces por semana a menudo tienen trabajos muy sedentarios y largas jornadas laborales, especialmente en países como España, lo que dificulta alcanzar el objetivo de los 10.000 pasos.
Varios estudios han señalado que, estar sentado todo el día, disminuye la eficiencia de nuestros músculos para absorber y utilizar aminocididos, los componentes básicos de las proteínas. Este hecho puede conllevar a un menor desarrollo muscular o a una ineficiente utilización de las calorías, que podrían almacenarse en formas indeseables, como grasa.
Un estudio reciente sugiere que breves descansos laborales, incluso en el escritorio, pueden reactivar los músculos y mantenerlos trabajando a favor del individuo. Este estudio encontró que cuando los participantes caminaron dos minutos cada media hora, o realizaron 15 sentadillas en silla, sus músculos absorbieron y utilizaron mejor los aminocididos.
El entrenador personal y coach de CrossFit Coraje, Antonio Sánchez Carrascosa, subraya la importancia de mantenerse activo durante todo el día, no solo durante el tiempo de entrenamiento. Recomienda elegir opciones que promuevan la actividad física en acciones básicas, como subir escaleras en lugar de usar ascensores.
Una solución a la inactividad durante las largas jornadas laborales son los microentrenamientos o snacks de movimiento. Estas son pequeñas dosis de actividad física realizadas a lo largo del día. Sánchez sugiere acciones cotidianas que promuevan el movimiento, como ir al trabajo en bicicleta, no pararse en los pasillos largos del Metro o recorrer la oficina mientras se habla por teléfono.
Un estudio demostró que subir escaleras cada hora en una jornada laboral de nueve horas mejora el control de la glucemia en personas con sobrepeso. Además, la autora Jessie Inchauspé encontró en sus investigaciones que salir a caminar tras las comidas reducía los picos de insulina en sangre.
Según distintas investigaciones, dedicar 20 minutos al día a estos microentrenamientos, sumando dos minutos en cada decena de ráfagas de actividad, puede incluso asociarse con una reducción de la mortalidad. Estos 20 minutos diarios de actividad son siempre mejores que la inactividad total.
Las investigaciones también sugieren que pasar el día sentado puede causar problemas a la salud general, al corazón y al cerebro. Por lo tanto, encontrar tiempo para caminar dos minutos o hacer sentadillas durante 30 segundos puede tener un gran impacto en la salud. Aunque estas acciones pueden parecer extrañas en un entorno de oficina, la salud debería ser una prioridad sobre las normas sociales establecidas.