
Se aproxima un suceso histórico en la industria automotriz europea. Chery, la prominente empresa productora de coches eléctricos de China, está cerca de desembarcar en España, lo que la convertiría en el primer fabricante de vehículos chino en Europa. Este anuncio llega en un momento crucial para la industria automovilística española, en medio del proceso de reindustrialización que se inició luego de que Nissan abandonara la Zona Franca de Barcelona a fines de 2021, tras 42 años de actividad.
El consejero de la Generalitat, Roger Torrent, ha mostrado optimismo sobre las negociaciones que se están llevando a cabo entre Chery y las autoridades españolas. Este proceso ha contado con la participación del Ministerio de Industria de España y Torrent ha viajado a China para reunirse con directivos de Chery y otras multinacionales automovilísticas en la región de Wuhu.
Se espera que a finales de la próxima semana se celebre en Barcelona un acto de presentación con autoridades del Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento, donde se dé a conocer el acuerdo que permitirá a Chery ensamblar sus vehículos eléctricos Omoda en la antigua factoría de Nissan.
La empresa china mostró su interés por los terrenos que ocupaba Nissan en la Zona Franca de Barcelona tan solo cuatro días antes de la finalización del proceso de reindustrialización en 2022. Sin embargo, debido a asuntos legales y de tiempo, Chery no pudo presentar su propuesta a tiempo y quedó fuera del proceso.
La mesa de reindustrialización, compuesta por la dirección de Nissan, el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), el Ministerio de Industria, la Generalitat y los sindicatos, vio con buenos ojos el interés de Chery, pero decidió mantener el calendario establecido.
Finalmente, el proyecto de electromovilidad D-Hub, liderado por QEV Technologies y Btech Group (Barcelona Technical Center), se convirtió en el único candidato para el arrendamiento de los terrenos, ya que fue la única propuesta que presentó la documentación requerida.
En febrero de 2023, el CZFB adjudicó la licitación para el arrendamiento de los terrenos a la compañía australiana Goodman. Esta empresa, especializada en la construcción y gestión de espacios logísticos y empresariales, subrogó los contratos a QEV Technologies y Btech para el despliegue del proyecto D-Hub.
Sin embargo, a cuatro años del anuncio de Nissan de abandonar su planta en Barcelona, el proceso de reindustrialización aún no ha concluido debido a problemas de financiación del consorcio de empresas de electromovilidad y dificultades para poner en marcha los proyectos industriales.
Hace un mes, EV Motors, propietaria de Btech, compró a QEV Technologies su participación del 40% en la sociedad Hub Factory. Ahora, con el control completo, espera la llegada de Chery para resolver los problemas y cumplir con uno de los compromisos del plan de reindustrialización: la recolocación de los ex trabajadores de Nissan, cuyo subsidio de desempleo ya ha vencido.
En Barcelona, Chery planea fabricar varios modelos de coches eléctricos, incluyendo el Omoda 5. Los modelos llegarán a las instalaciones catalanas semiensamblados. Por su parte, tras vender su participación, QEV pasará a ser un cliente y pagará por fabricar en la planta de la Zona Franca su línea de vehículos eléctricos Zeroid.
No obstante, el proceso de reindustrialización no ha estado exento de contratiempos. Uno de los más notables fue la entrada del fabricante de motocicletas eléctricas Silence, filial del grupo Acciona, que contrató a parte de la antigua plantilla de Nissan. Sin embargo, hace menos de un mes, la dirección de Silence y la mayoría de sindicatos acordaron la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) a 217 trabajadores hasta junio de 2023, debido a la disminución de la demanda del mercado de la movilidad eléctrica. Este acuerdo afecta a los empleados de la Zona Franca y de los centros de trabajo de Barcelona y Sant Boi de Llobregat.