
El pasado lunes, el entrenador del FC Barcelona, Xavi Hernández, predijo en una rueda de prensa que una expulsión podría condicionar el devenir del partido. Sus pronósticos, desafortunadamente para él y su equipo, se cumplirían en el encuentro posterior. El Barça se enfrentó a un partido difícil, y la expulsión de uno de sus jugadores fue un factor determinante en el resultado final.
El técnico del Barça, Xavi Hernández, no se mordió la lengua en sus declaraciones después del partido. Expresó vehementemente su opinión sobre las decisiones del árbitro, Istvan Kovacs, desde el banquillo, lo que resultó en su enésima tarjeta roja como entrenador del equipo catalán. Insatisfecho con la situación, Xavi se enfrentó a Kovacs en el campo al finalizar el encuentro y le expuso su punto de vista sobre su actuación durante el partido.
Xavi fue particularmente crítico con la actuación del árbitro, a quien acusó de haber sido un desastre y de haber arruinado la eliminatoria. Según el entrenador, la expulsión cambió por completo el curso del juego. A pesar de que prefieren no hablar de los árbitros, Xavi sintió la necesidad de hacerlo en esta ocasión.
Para Xavi, la expulsión fue innecesaria y desproporcionada, y marcó la eliminatoria por completo. Asegura que su equipo estuvo bien jugando 11 contra 11, pero todo cambió con la tarjeta roja. A pesar de la adversidad, el entrenador del Barça destacó que tuvieron sus opciones en el partido, con posibilidades de gol por parte de Gündogan y Lewandowski. Sin embargo, jugar con un hombre menos y siempre a remolque resultó ser muy complicado.
El portero del Barça, Ter Stegen, también hizo declaraciones al respecto, negando que la expulsión fuera un error de Araújo. Aseguró que, aunque el jugador buscaba el balón, la falta era evidente y la tarjeta roja era la consecuencia lógica. Según el guardameta, si el Barça no hubiera recibido el empate en el minuto 40, podrían haber tenido más posibilidades de luchar.
El tono de los jugadores del Barça contrastó con el del PSG, cuyos jugadores estaban eufóricos tras conseguir su pase a las semifinales de la Champions por cuarta vez en su historia. Ousmane Dembélé, ex jugador del Barça y clave en el partido, se mostró tranquilo ante los abucheos de la afición contraria. Por su parte, Luis Enrique, técnico del PSG, se mostró satisfecho con el rendimiento de su equipo, destacando la actuación de Mbappé y su liderazgo en la presión defensiva.
En conclusión, el partido resultó ser un encuentro complicado para el Barça, marcado por una expulsión que, según su entrenador, cambió completamente el curso del partido. Mientras que el equipo catalán lamenta la tarjeta roja y las decisiones arbitrales, el PSG celebra su pase a las semifinales de la Champions y el buen rendimiento de sus jugadores. Un partido que, sin duda, será recordado por ambos equipos por razones muy diferentes.