
El fútbol es conocido por su capacidad para despertar emociones intensas, tanto en los jugadores como en los aficionados. Pero más allá de la euforia de la victoria y la desolación de la derrota, existe una dimensión menos discutida y entendida en este deporte: la salud mental. Brais Méndez, nacido en Mos, Pontevedra, en 1997, sabe muy bien lo que es lidiar con las presiones y las expectativas del fútbol profesional.
Méndez es un canterano del Celta. Después de haber disfrutado del éxito en su equipo gallego, incluso con una convocatoria para la selección, experimentó el lado oscuro de la fama cuando su rendimiento fue criticado por los aficionados. Fue entonces cuando decidió buscar la ayuda de un psicólogo. Cinco años más tarde, Méndez ha logrado recuperarse y ha tenido una excelente temporada, siendo el máximo goleador de la Real Sociedad en la Champions League con tres goles.
Al recordar los momentos difíciles, Méndez describió cómo su amor por el fútbol se vio amenazado por el miedo al fracaso y las críticas. «Pasé de amar una cosa a no querer tenerla delante», dijo. El delantero también habló sobre la presión adicional que sintió al intentar asumir el papel de líder en el Celta durante la ausencia de Iago Aspas, y cómo las críticas y los abucheos en el estadio afectaron no sólo a él, sino también a su familia. Según Méndez, esta serie de circunstancias hicieron que se sintiera incapaz de manejar la situación y los problemas se acumularon hasta volverse inmanejables.
En un principio, Méndez trató de ignorar los problemas, esperando que con el tiempo las cosas mejorarían. Sin embargo, después de meses de bloqueo y falta de rendimiento en los partidos, se dio cuenta de que necesitaba ayuda. Fue a través de la recomendación de alguien que había pasado por una situación similar que Méndez buscó la ayuda de un psicólogo.
Méndez habló con franqueza sobre su primera charla con el psicólogo, describiendo cómo fue capaz de explicar fácilmente lo que estaba experimentando, incluyendo su falta de disfrute de su amada profesión. El psicólogo ayudó a Méndez a centrarse en lo que podía controlar, y a realizar ejercicios de concentración tanto en su vida diaria como en el campo de juego.
A pesar de su recuperación, Méndez aún enfrenta desafíos en su carrera. Habló de la intensa presión de la competencia de alto nivel, describiendo la rutina de jugar cada tres días durante meses como «una maldita locura». Méndez también expresó su frustración con aquellos que menosprecian las luchas de los jugadores profesionales, argumentando que los altos salarios no tienen nada que ver con la salud mental o física de los jugadores.
Finalmente, Méndez habló sobre su decisión de abandonar Twitter, a pesar de que considera que es la mejor red social. Según él, la plataforma se ha convertido en un lugar donde la gente se esconde detrás de pseudónimos para publicar «auténticas barbaridades». A pesar de su amor por seguir la NBA y la NFL, Méndez prefiere mantenerse alejado de la red social.
La historia de Brais Méndez subraya la importancia de cuidar la salud mental en el fútbol profesional, una disciplina que a menudo se centra únicamente en el rendimiento físico. Aunque la carrera de Méndez ha tenido altibajos, su determinación y valentía para enfrentar y hablar sobre sus luchas psicológicas son una inspiración para todos.