
El ex primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, recientemente causó revuelo con sus declaraciones en la columna del Daily Mail, donde calificó de «vergonzoso» el llamado a poner fin a la venta de armas a Israel por parte del Reino Unido. Según Johnson, tal acción sería una «locura» que implicaría desear la derrota militar de Israel y la victoria de Hamas.
El mandatario británico, también ex secretario de Asuntos Exteriores, remarcó que «Hamas sólo tiene que sobrevivir para ganar el conflicto». Enfatizó que la estrategia del grupo militante simplemente requería resistir, reconstruir y reiniciar.
Estas declaraciones surgen en medio de un clima de creciente tensión y controversia. Recientemente, tres ciudadanos británicos se encontraban entre los siete trabajadores humanitarios que murieron durante un ataque aéreo israelí en Gaza. Los fallecidos eran colaboradores de World Central Kitchen (WCK), la organización no gubernamental del famoso chef José Andrés.
Esta trágica perdida ha suscitado una respuesta de varios grupos políticos, incluyendo los Demócratas Liberales, el Partido Nacional Escocés (SNP) y algunos parlamentarios tanto laboristas como conservadores. Estos han instado al Reino Unido a reconsiderar su apoyo a Israel.
Además, más de 600 jueces, abogados, académicos y expertos legales dirigieron una carta al primer ministro Rishi Sunak solicitando un embargo de armas a Israel. La carta, revelada por el diario The Guardian, fue enviada horas después del ataque aéreo mencionado. En ella, se expresó la preocupación por «el riesgo de que se esté cometiendo un genocidio».
El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido se ha pronunciado al respecto, afirmando que se mantiene en revisión el asesoramiento sobre el cumplimiento de la ley por parte de Israel, aunque sin ofrecer detalles específicos ya que se considera información confidencial.
Las tensiones entre Israel y Hamas, el grupo militante palestino, han sido una constante en la política internacional durante décadas. Sin embargo, el reciente conflicto y el subsiguiente llamado a la revisión de las ventas de armas del Reino Unido a Israel han elevado la situación a una nueva altura de debate y controversia.
Las declaraciones de Boris Johnson han sido recibidas con diversas reacciones. Algunos han aplaudido su postura, argumentando que la defensa de Israel es esencial para la estabilidad en la región. Sin embargo, otros critican su aparente falta de empatía hacia las vidas perdidas durante el conflicto, y cuestionan la ética de vender armas a una nación en medio de un conflicto tan polémico y destructivo.
Por otro lado, la petición de un embargo de armas a Israel por parte de un grupo de expertos legales no es una cuestión menor. Dicha solicitud pone de manifiesto las crecientes preocupaciones en torno a la ética y legalidad de las acciones de Israel en el conflicto con Hamas.
Es importante destacar que la situación en Gaza es extremadamente compleja y delicada. Mientras algunos ven a Israel como una nación que se defiende de los ataques de un grupo militante, otros ven a Hamas como un grupo resistiendo la ocupación israelí. En este contexto, las declaraciones de Johnson y la controversia en torno a las ventas de armas del Reino Unido a Israel seguramente continuarán siendo un tema de debate en el futuro cercano.