
La creciente escalada de tensiones en Oriente Próximo ha llevado a una reunión de alto nivel en la Casa Blanca. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, se unirán al presidente Joe Biden y su equipo de seguridad nacional para discutir la situación, como informó la CNN el pasado sábado.
Los acontecimientos en la región se han precipitado tras el reciente ataque de Irán con decenas de drones a Israel. En respuesta a la escalada de la violencia, las tropas estadounidenses están siendo enviadas a Oriente Próximo. El temor es que los conflictos entre Irán e Israel estén a punto de intensificarse aún más, después de más de seis meses de guerra entre el ejército israelí y el movimiento islamista palestino Hamas en la Franja de Gaza.
La preocupación se ha intensificado tras la promesa de Irán de responder al bombardeo contra su consulado en Damasco, que mató a dos generales el 1 de abril. Israel ha sido acusado de este ataque. La tensión aumentó aún más después de que Irán interceptara un portacontenedores operado por una empresa «perteneciente al capitalista sionista Eyal Ofer» en el Golfo, según la agencia oficial Irna.
El ejército israelí ha respondido con firmeza a estas acciones, advirtiendo a Irán, su archienemigo, que «sufrirá las consecuencias» de cualquier escalada. «Estamos listos para reaccionar», aseguró su portavoz, Daniel Hagari.
El Ministerio de Defensa de Estados Unidos, aliado de Israel, anunció el viernes el envío de «medios adicionales» a la región «para reforzar los esfuerzos de disuasión y aumentar la protección de las fuerzas estadounidenses». La Casa Blanca ha calificado las amenazas de un ataque iraní como «creíbles» y el presidente Joe Biden advirtió que el asalto podría producirse «más pronto que tarde».
Varios países, entre ellos Francia, Alemania y Estados Unidos, han aconsejado a sus ciudadanos no viajar a Irán. La aerolínea Lufthansa también ha suspendido todos sus vuelos a Teherán hasta el 18 de abril. «Yahya Rahim Safavi«, consejero del líder supremo de Irán, celebró el estado de «pánico total y alerta» de los sionistas.
En medio de estos temores de una regionalización del conflicto, Catar, Egipto y Estados Unidos, que median para una tregua en Gaza, esperan una respuesta a su última propuesta para un alto el fuego que permita también la liberación de rehenes en Gaza.
El conflicto en Gaza estalló el 7 de octubre tras un ataque de Hamas contra el sur de Israel, que dejó 1.170 muertos, en su mayoría civiles, según cifras israelíes. Hamas también tomó 250 rehenes, de los cuales 129 continúan en Gaza, incluyendo 34 que se cree han muerto.
En respuesta, Israel prometió «aniquilar» a Hamas y lanzó una ofensiva que ya dejó 33.686 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamas. El ejército israelí ha anunciado que continuará sus operaciones en el centro de Gaza, tras retirar sus tropas de Jan Yunis, en el sur de este territorio.
La violencia en la región también se ha extendido al Líbano, donde el cuerpo armado israelí ha bombardeado «un gran recinto militar» del movimiento Hizbulá, aliado de Hamas y respaldado por Irán. Hizbulá ha respondido disparando «decenas de cohetes» contra posiciones israelíes.
Además, la guerra en Gaza ha avivado la violencia en Cisjordania ocupada, donde los ataques de colonos han dejado al menos un palestino muerto y decenas de heridos. Un adolescente israelí que había desaparecido fue hallado muerto este sábado y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, denunció un «crimen odioso».
En medio de esta crisis, Netanyahu enfrenta crecientes presiones internas por la situación de los rehenes y presiones externas para permitir la entrada de más ayuda humanitaria a Gaza.