
En un acto de compromiso con su país, el presidente de Guatemala, Bernardo Arvalo, ha anunciado una reducción del 25% de su salario durante sus primeros 100 días de gobierno. Esta decisión, que representa un ahorro de más de 1,5 millones de quetzales (equivalentes a 187.500 euros), es un paso significativo hacia el objetivo de Arvalo de reducir la brecha económica en Guatemala. El anuncio es aún más resonante, ya que la vicepresidenta, Karim Herrera, también ha solicitado la misma disminución en su sueldo a través de una carta a la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad.
Arvalo, quien hasta el anuncio ganaba alrededor de 150.000 quetzales mensuales (18.750 euros), era uno de los presidentes mejor pagados en Latinoamérica, con un salario que superaba 43 veces el salario mínimo en Guatemala. Esta decisión, señala Arvalo, es una clara indicación de que «los excesos de privilegios no son el camino». Esta declaración es especialmente significativa en un país donde seis de cada diez personas viven en la pobreza o la pobreza extrema, lo que a menudo impulsa a miles de guatemaltecos a migrar hacia EEUU en busca de una vida mejor.
El presidente Arvalo también ha sido vocal en su descontento con la fiscal general del Ministerio Público, Consuelo Porras, a quien ha calificado de «amenaza a la democracia». Arvalo critica la investigación de Porras contra el Movimiento Semilla, que ha llevado a la suspensión judicial de la personalidad jurídica del partido del presidente.
Pocos días después de asumir el cargo, Arvalo invitó a Porras a un encuentro para solicitar su renuncia, pero no asistió. Aunque asistió brevemente a la reunión del Gabinete de Gobierno convocada por Arvalo, Porras se retiró rápidamente alegando que la ley le impedía participar.
La Procuraduría General de la Nación y la Secretaría General de la Presidencia denunciaron a Porras por incumplimiento de deberes de la fiscal general. Porras se encuentra en la Lista Engel de EEUU de actores corruptos y antidemocráticos y ha sido sancionada por el Consejo de la Unión Europea por intentar «socavar la democracia» en Guatemala.
Arvalo también ha revelado que su gobierno ha presentado 34 denuncias por casos de corrupción que afectan al anterior gobierno de Alejandro Giammattei. A pesar de los desafíos, Arvalo ha reafirmado su compromiso de erradicar la corrupción, señalando que su gobierno está «navegando con la cautela necesaria y la certeza de que vamos en dirección hacia tierra firme lejos del pantano de la corrupción donde nos habían mantenido sumidos».
En cuanto a los logros de su gobierno, Arvalo destacó una reducción de la tasa de homicidios del 13% en comparación con el mismo periodo de 2023. Esta mejora se atribuye al despliegue de la fuerza policial contra el crimen y, en particular, contra las extorsiones, un delito en su mayoría cometido por pandillas.
A nivel internacional, Arvalo ha destacado su encuentro con el presidente de EEUU, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, quienes ofrecieron una cooperación para el desarrollo de más de 130 millones de dólares. Arvalo también mencionó un acuerdo bilateral de entendimiento con la Unión Europea que «permite abrir la puerta para poder continuar negociando los acuerdos con países como España y Francia«. Esta cooperación internacional es parte de la estrategia de Arvalo para luchar contra la corrupción y promover la democracia en Guatemala.