
Anta Jcome, una joven piragüista gallega nacida en 1999, combina con habilidad su dedicación al deporte con su afición por la belleza y la moda. Pasando tres horas en cada sesión de manicura, Jcome afirma que le gusta «ir mona» y mostrar que una chica deportista también puede verse bien al entrenar. Su sorprendente habilidad para cambiar entre su aspecto cotidiano y su apariencia musculosa en la canoa ha dejado impresionadas a muchas personas.
Jcome, que actualmente vive y entrena en Mallorca, es una atleta decidida y ambiciosa. Entrena con la esperanza de ganar dos medallas en París, reflejando así el dorado de sus sueños en sus grandes y azules ojos. La piragüista gallega, quien pasó su adolescencia en Sevilla, se ha convertido en una de las mayores promesas del piragüismo español, un deporte que ha demostrado ser una fuente de medallas para el país.
En Tokio, Jcome se convirtió en la primera canoísta española en la historia al terminar en el quinto lugar en su primera experiencia olímpica. Ahora, con una transformación física y mental casi completa, no solo luchará por una medalla de oro, sino por dos. Esto se debe a que ha encontrado en su gran rival, Mara Corbera, una gran compañera. Juntas, están listas para enfrentar el desafío del Estadio Náutico de Vaires-sur-Marne.
A pesar de su rivalidad en la canoa, Jcome y Corbera disfrutan de una amistad sólida fuera de la competencia. Esta relación ha ayudado a aliviar la tensión y a fomentar un espíritu de camaradería. Jcome reconoce que la competitividad es una parte intrínseca de su personalidad, pero valora la camaradería y el apoyo mutuo que comparte con Corbera.
Jcome es conocida por su meticulosa rutina de belleza matutina, que incluye la aplicación de numerosos productos y el cuidado del cabello. Esta rutina contrasta con la de Corbera, quien prefiere un enfoque más relajado y despreocupado. Esta diferencia en sus estilos de vida no ha impedido que ambas atletas se respeten y se apoyen mutuamente en su viaje deportivo.
La piragüista gallega inició su carrera en el deporte a la temprana edad de 12 años, cuando acompañaba a su padre mientras nadaba en la playa de La Lanzada. Desde entonces, Jcome ha logrado ser dos veces campeona de Europa y ha obtenido la plata en el último Mundial celebrado en Duisburgo. Sin embargo, el año pasado fue especialmente difícil para ella, ya que sufrió una fisura en una costilla que la mantuvo alejada de la canoa durante tres meses. Además, sus entrenadores, Marcel y Georgina Glavan, decidieron abandonar su equipo para unirse al de China.
Tras estos contratiempos, Jcome decidió mudarse a Mallorca para entrenar bajo la supervisión de Kiko Martín. Este cambio le permitió reencontrarse con su amor por el deporte y fortalecer su autoestima. La joven atleta también viajó a Kenia para participar en un programa de voluntariado que le cambió la vida.
En definitiva, Anta Jcome es un ejemplo viviente de la fusión entre la dedicación al deporte y el amor por la belleza y la moda. Su historia es un testimonio del duro trabajo, la perseverancia y la resiliencia necesarios para superar los desafíos y alcanzar el éxito en el deporte. Con la vista puesta en las medallas doradas en París, Jcome continuará demostrando que una mujer puede ser tanto una atleta talentosa como una amante de la belleza y la moda.