
La trágica muerte de Saltanat Nukenova en noviembre de 2024 ha conmocionado a Kazajistán. La acusación recae en su esposo, el ex ministro de Economía de Kazajstán, Kuandyk Bishimbayev, quien niega rotundamente los cargos. Este caso ha captado la atención de una nación en shock, y ha generado un escándalo político sin precedentes.
La discusión que precedió a la trágica muerte de Saltanat comenzó cuando ella arrojó al inodoro todas las joyas que su esposo le había regalado. Bishimbayev, defiende su versión de los hechos, alegando que tras una acalorada discusión en un restaurante, su esposa se golpeó la cabeza contra el suelo del baño y luego se golpeó las rodillas contra las paredes. Según él, ella se acostó y se quedó dormida, pero en realidad, ya no despertaría.
El matrimonio de Bishimbayev y Nukenova era reciente, habiéndose casado en diciembre de 2022. Sin embargo, amigos de la víctima declararon que Saltanat frecuentemente presentaba heridas en su cuerpo y admitió en varias ocasiones haber tenido peleas con su marido.
La acusación sostiene una historia diferente a la presentada por Bishimbayev. Según los fiscales, el ex ministro golpeó y estranguló a su esposa durante la discusión. La crueldad del ataque ha causado un gran impacto en los ciudadanos de Kazajistán. Bishimbayev es acusado de asestar a Saltanat una serie de golpes aplastantes en la cabeza. Cuando ella intentó refugiarse en una de las cabinas VIP del restaurante, él derribó la puerta y continuó con su brutal ataque.
Después del incidente, Bishimbayev supuestamente pidió al dueño del restaurante, que resulta ser un familiar, que eliminase las grabaciones de las cámaras de vigilancia y se llevara el teléfono de su esposa a casa. Ahora, Bishimbayev se enfrenta a cadena perpetua.
La fiscalía sostiene que la muerte de Saltanat fue provocada por asfixia. Sin embargo, el examen forense reveló que la causa de la muerte fue una lesión craneoencefálica. Bishimbayev era «obsesivamente celoso», controlaba todas las llamadas telefónicas de su esposa y le prohibía trabajar. Según fuentes de la fiscalía, Bishimbayev «usaba sistemáticamente violencia física contra ella».
El juicio de Bishimbayev comenzó el mes pasado. El día después del incidente, Bishimbayev afirmó que intentó despertar varias veces a su esposa, pero fue en vano. No fue sino hasta ocho horas después que notó que no tenía pulso y que su cuerpo estaba frío. Esta coartada y el crimen machista han generado indignación y vergüenza para la clase política de Kazajistán.
El impacto de este caso ha llegado muy lejos, y ha dejado a una nación entera en estado de shock por la brutalidad del ataque y el estatus político del acusado. Ahora, el pueblo de Kazajistán espera ansiosamente el veredicto del juicio del año, mientras la nación sigue de luto por la trágica pérdida de una de sus ciudadanas.