
El Real Madrid de baloncesto, a pesar de las dudas reconocidas incluso por su propio entrenador, Chus Mateo, y de sufrir derrotas inesperadas y un juego inconsistente, ha demostrado una vez más su increíble capacidad para remontar en situaciones adversas. En este sentido, el jugador argentino Gaby Deck ha sido un protagonista clave, firmando dos triples insólitos pero decisivos para el equipo, desde el partido de ida en Kaunas hasta el partido de vuelta en el WiZink Center de Madrid, que han llevado al equipo a la victoria.
Las situaciones de juego han ido desde el reconocimiento del talento del jugador de Llull hasta el reconocimiento de la valentía del Joventut, un equipo que, a pesar de sus méritos, no ha podido escapar de su crisis. Sin embargo, la victoria final fue para el Real Madrid por un estrecho margen de 98-95.
Este triunfo fue crucial para evitar otro golpe en la Liga ACB y para mantener la distancia con el líder de la competición, el Unicaja. Gaby Deck, y antes él, los triples de Hezonja, lograron evitar un mayor mal para el equipo, especialmente en el último minuto del partido, cuando todos los ojos estaban puestos en Llull.
Dani Miret, quien debutaba en el banquillo del Joventut tras cinco derrotas consecutivas y casi despidiéndose de los playoffs, no pudo evitar una tercera derrota consecutiva para su equipo. Según Mateo, Deck es un jugador que «decide partidos», pero también reconoció las «distracciones» de su equipo, que jugó sin Campazzo, mostrándose a ratos espeso y perezoso, y quedando a merced del Joventut.
El primer tiempo del partido fue desconcertante para el Madrid, repitiendo un patrón que se ha visto en los últimos partidos y que no es un buen síntoma. El Joventut, que venía de terminar la era de Carles Duran, se encontró cómodo en el WiZink después de superar el mal trago inicial.
Sin embargo, a pesar de la ventaja inicial del Madrid, el Joventut logró remontar y se fue al descanso con una ventaja de ocho puntos (37-45). La reacción del Madrid tras el descanso fue notable, liderada por Musa, equilibrando el juego en poco más de tres minutos. Pero fue un espejismo, ya que la Penya logró rehacerse con el descaro de Andrés Feliz.
El resto del partido fue un tira y afloja en el marcador, con el ímpetu del Joventut y la inconsistencia del Madrid. Cuando el Madrid apretó un poco más y parecía saborear la victoria, el Joventut volvió al juego, también desde el perímetro, con el veterano Pau Ribas, el joven Ruzic y el americano Andrew Andrews.
Hasta el final, «hemos podido ganar», reconoció Miret, que observó con calma la polémica, un tapón ilegal de Hezonja a Andrews que tras la revisión no lo fue. Aunque el alero falló el tiro libre, en la última posesión el Joventut no pudo hacer nada. Fue una asistencia de Llull y un triple de Deck, por segundo partido consecutivo, lo que decidió el partido.